Casi todos los seres humanos tenemos algo en común, somos incapaces de poder seguir personando a alguien quien nos ha fallado y luego nos ha prometido ya no hacerlo, pero lo sigue haciendo, llega un momento en el cual decimos ya no más, tu nunca vas a cambiar.
Eso no pasa con Dios porque su amor y su misericordia son infinitos, todo lo contrario de todos los seres humanos, porque solamente nuestro Señor tiene esa potestad, esa capacidad de podernos perdonar una y otra vez de manera consecutiva.
Quizás muchas veces nos sentimos culpables porque por más que intentemos no podemos personar a alguien quien ya nos ha hecho mucho daño y prometido cambiar, pero en ningún momento lo ha hecho. Es como si tuviéramos un límite.
Pero eso no pasa con Dios, siempre que acudamos a él y nos arrepintamos de todo corazón nos va a perdonar, nos dará nuevamente una oportunidad, siempre es posible con su ayuda a poder ser transformados, porque él lo puede hacer.
Por eso mismo estas reflexiones de amor y sobre la misericordia de nuestro salvador personal, quien hizo todo lo que existe, él es el antes de todo, lo que los científicos jamás van a poder explicar.
Es importante mencionar que todos los seres humanos podemos cambiar si decidimos arrepentirnos y acercarnos a Dios, él siempre va estar con los brazos abiertos diciendo aquí estoy te quiero bendecir.
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